En un editorial reciente (1), un urólogo americano describió el tratamiento de un paciente que conoció en un viaje a África. Se trataba de un hombre mayor, con perdida de peso, debilidad y dolor oseo; en la exploración física presentó una próstata agrandada, indurada, nodular y fija. De acuerdo con la familia, el tratamiento del paciente fue una orquidectomía bilateral bajo anestesia local, fuera de su pueblo natal.
El mismo urólogo, describe en el editorial el recorrido asistencial que un paciente similar habría tenido en USA y muchos otros países (¿España?):
-PSA
-Ecografía prostática
-Gammagrafía osea
-TAC abdomino-pélvico
-Radioterapia paliativa en regiones de dolor óseo
-Deprivación hormonal androgénica: LHRH; a lo mejor antiandrógeno
-En algún momento el paciente podría sufrir hormonoterapia de segunda línea, quimioterapia citotóxica, y algún otro nuevo tratamiento recientemente aprobado por la FDA (sipuleucel-T, abiraterona..)
Omite otras pruebas, consultas, efectos adversos de medicación, complicaciones de los tratamientos...
Así, en el mejor de los casos, el paciente podría ganar 6 meses de vida. Con una diferencia enorme en los costes de atención.
Es incontestable, como dices, que lo que no es efectivo no debe ser utilizado (ni financiado). Pero no es el ejemplo que se describe aquí, donde lo ético será que un urólogo haga todo lo que esté a su alcance en un intento de hacer lo posible por el paciente sin pensar en umbrales límites de Coste-efectividad.
El problema es que no todo lo que es ineficiente es sobreutilización.
Un saludo,
Ernesto Barrera
(1) A World Wide Standard of Care: Doing What is Best for the Patient
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21944114
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